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lunes, octubre 31, 2005

Con Rafael Estrella (José Luis Prieto)


Sí, lo reconozco. Lo políticamente correcto es usar eufemismos (ahora se llama centro reformista al postfranquismo, y ¡ay de quien lo llame por su nombre!), y quien dice que el emperador está en pelotas, que el traje nuevo realmente no existe, es tachado de maleducado. Asumo que un señor de derechas tiene derecho a insultar, que para eso es un señor, y el insultado un ser inferior (lean, si lo aguantan, la prepotencia de los bloggers nacional-liberales), y a los de izquierdas no sólo les queda mal copiar ese estilo, sino que además no se les concede la misma indulgencia: Hay que tener talante y poner la otra mejilla. Pues vaya mierda.
Vamos: que no hay igualdad de armas. La derecha tiene derecho a ser victimaria, y la izquierda la obligación de ser víctima. Y la derecha tiene derecho a usar -y abusar- del victimismo, y la izquierda el deber de ser acusado de todos los vicios que adornan a aquéllos. Acebes nunca habrá mentido, Pérez Rubalcaba intentó agredir a Rafael Hernando, Franco no fue un traidor, Fraga nació en 1976, Aznar es un demócratadetodalavida, Felipe González mató a Manolete y Zapatero es un agente de los servicios secretos marroquíes.
O peor.
Rajoy reduce a Zapatero a la
infinitésima parte de Aznar, y lo tilda de “acomplejado, con mala conciencia e ideas confusas”. Jorge Trias Sagnier, ex diputado del PP y columnista del diario ABC, como autor de un informe de FAES, compara a Zapatero con Mao Tse-Tung. Fedeguico Jiménez Losantos y Cristina López Schlichting, propagandistas de la derecha, dicen que el Presidente del Gobierno está poseído y que es un estúpido, respectivamente, y muchísimos insultos más cada día.
Pero a Aznar no se le puede calificar de epifenómeno de Milosevic ni demente.
Muchos estamos hartos, y ayer nos hemos sentido representados por
Rafael Estrella.