Con la Iglesia hemos topado...

En una importante Organización afín a la Iglesia, algunos cooperantes que trabajan en África pedían condones en misivas internas, mientras la voz oficial clamaba al cielo por aquel: "Póntelo, pónselo"; ¿recuerdan?...

En los años de la dictadura -aquellos de Paco que en paz descansemos-, no tengo constancia de que éstos macarras de la moral alzasen la voz, sino que, muy al contrario, prefirieron pertrecharse en las gozosas ubres del poder.

También hubo un tiempo en que se planificaba hacer un inventario de los ingentes bienes de la Iglesia. ¿Se sabe algo de ello?.

Principiando el S. XXI tenemos a los Obispos y demás prole, con su imagen patética, encabezando una manifa que quiere hacerle el caldo gordo al PP. Pero, precisamente, no es la Iglesia quien aprueba las leyes del país, sino el Parlamento, que es la representación democrática de los ciudadanos. Su papel, por lo tanto, no es regañar continuamente a Zapatero, o movilizar a la sociedad para intentar el desgaste del gobierno. Su papel ha de ser menos mediático -entre sus filas ya ha habido opiniones al respecto-; mucho más humano, más solidario, si es que desde un pensamiento carcamal aún se pueden aportar ideas honradas y consecuentes al respecto.

El próximo sábado 12 de Noviembre envía un SMS a tus amigos y conocidos con el siguiente texto:

"El dinero público para la escuela pública. Pásalo."

Y, para terminar, un buen artículo de Francisco Delgado.