Ayer y hoy
"Vendrán más años malos y nos harán más ciegos"
(Rafael Sánchez Ferlosio)
Poco después del comienzo de la guerra (1936), el cardenal Gomá se refirió al conflicto como una lucha entre "España y la anti España, la religión y el ateísmo, la civilización cristiana y la barbarie". La Guerra de España, 1936-1939, página 261.
El obispo de Cartagena dijo: "Benditos sean los cañones si en las brechas que abran florece el Evangelio". La Guerra de España, 1936-1939, páginas 264-5.
El 1 de julio de 1937, los obispos españoles publicaron una carta colectiva en la que se exponía la posición católica respecto a la guerra civil. Entre otras cosas, decía lo siguiente: "La Iglesia, a pesar de su espíritu de paz [...], no podía ser indiferente en la lucha [...]. No había en España ningún otro medio para reconquistar la justicia y la paz y los bienes que de ellas derivan que el Movimiento Nacional [las fuerzas fascistas de Franco]."
"Creemos justa la denominación de Movimiento Nacional; primero, por su espíritu, que era el modo de sentir de la mayoría inmensa del verdadero pueblo español y la única esperanza de la nación entera." Enciclopedia Espasa-Calpe, suplemento 1936-1939, páginas 1553-5.
Los obispos católicos de otros países no vacilaron en apoyar a sus colegas españoles. El cardenal Verdier, arzobispo de París, dijo que la guerra civil era una "lucha entre la civilización cristiana y la [...] civilización del ateísmo", y el cardenal alemán Faulhaber exhortó a todos los alemanes a orar por los que "defienden los sacrosantos derechos de Dios, para que Él otorgue la victoria a los que pelean la guerra santa". Enciclopedia Espasa-Calpe, suplemento 1936-1939, páginas 1556-7.
El obispo de Cartagena dijo: "Benditos sean los cañones si en las brechas que abran florece el Evangelio". La Guerra de España, 1936-1939, páginas 264-5.
El 1 de julio de 1937, los obispos españoles publicaron una carta colectiva en la que se exponía la posición católica respecto a la guerra civil. Entre otras cosas, decía lo siguiente: "La Iglesia, a pesar de su espíritu de paz [...], no podía ser indiferente en la lucha [...]. No había en España ningún otro medio para reconquistar la justicia y la paz y los bienes que de ellas derivan que el Movimiento Nacional [las fuerzas fascistas de Franco]."
"Creemos justa la denominación de Movimiento Nacional; primero, por su espíritu, que era el modo de sentir de la mayoría inmensa del verdadero pueblo español y la única esperanza de la nación entera." Enciclopedia Espasa-Calpe, suplemento 1936-1939, páginas 1553-5.
Los obispos católicos de otros países no vacilaron en apoyar a sus colegas españoles. El cardenal Verdier, arzobispo de París, dijo que la guerra civil era una "lucha entre la civilización cristiana y la [...] civilización del ateísmo", y el cardenal alemán Faulhaber exhortó a todos los alemanes a orar por los que "defienden los sacrosantos derechos de Dios, para que Él otorgue la victoria a los que pelean la guerra santa". Enciclopedia Espasa-Calpe, suplemento 1936-1939, páginas 1556-7.
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