Pinceladas

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, Europa sufre el cambio climático de mayor magnitud de los últimos 5.000 años, lo cual es una burrada digna de reflexión, aunque no sea óbice para que nuestros lustrosos culos se mueva un ápice para mermarlo un poco. Se lleva mucho tiempo enquistado en una comodidad anestesiante, de ahí que muchas de las placas de nuestro cerebro ya no respondan a esos estímulos, o a esos avisos de alarma. Obstinados y pretenciosos, ahi seguimos...
Concluyo el último libro de Manuel Vicent y me veo obligado a enviarle unas líneas de felicitación que acometeré cuando tenga algo más de tiempo. Su prosa tiene cada día un poso más exquisito de madurez y, por entre sus líneas autobiográficas uno puede deleitarse con la literatura con mayúsculas que, por otra parte, no sólo es la que suelen mostrar en los hipermercados; es decir, aquellos libros más vendidos con olor a chorizo y mortadela. La suya, sin duda, es una leve música mediterránea, acompasada por un lirismo encantador que, desde las retinas, suele viajar hasta la sangre.
Hoy Marta ha venido con un vaquero ceñido y casi obsceno. El pantalón le marca perfectamente las ancas, cosa que no suele suceder con todos los vaqueros, ni con todos los cuerpos. Pasea su erótica estela a lo largo de la oficina, rodeada de un perfume transgresor que invita a la ensoñación más íntima, mientras ofrece una sonrisa cómplice que dista mucho de otras que ya están contaminadas por la edad. Si Marta existiese, desde luego, yo me llevaría bastante bien con ella...