El sarcasmo inaudito

Es difícil sentarse a escribir unas líneas y saber de ante mano que la prosa que acuda hasta la página no expresará nada nuevo con respecto a lo que ya se ha dicho pero, aun así; tal vez por un impulso innato de no permanecer en silencio y adoptar una posición razonada que traduzca meridianamente tus ideas, la intención se alza por encima de la conservadora opción de permanecer callado, arriesgando la posibilidad de parecer repetitivo y, a la vez, huyendo sin cesar de una mudez patéticamente acomodada. Ese es el bendito riesgo que nuestro mapa neuronal nos ofrece de contínuo.

Digo todo esto a raíz de las recientes críticas al Gobierno, desde el banco crispado de la oposición, sobre la reducción de penas a etarras, coincidiendo con el anuncio del Presidente del Gobierno de que el fín del terrorismo pudiera estar cerca.

Acebes, en la sesión de control al Gobierno, vuelve de nuevo a repostar la maquinaria del bulo y lanzarlo una vez más para que engorde el núcleo central del engaño y, de esta forma, intentar una maniobra de acoso y derribo al Gobierno, aparte de otros múltiples flancos desde donde se han apostado otros ilustres chacales con una artillería pesada de mentiras e insultos que no cesan.

Como bien escribe Eduardo Madina en su artículo: "Acebes, trajinero y embarullador", con respecto a éste vanal mercader de demagogia, no está demás recordarle que muchos socialistas llevan en la lucha por las libertades y contra el terrorismo, mucho antes de que él naciera, lo que supone que esta burda maniobra de entelequias es del todo deleznable, máxime viniendo de una persona que ha desempeñado el cargo de Ministro del Interior.

La responsabilidad y el sentido de Estado consiste en hacer una buena labor de oposición, ética y creativa; que no es el caso, a la vez que mantener una cooperación sin fisuras, ni intereses meramente partidistas, en temas tan importantes como el terrorismo, donde hay un dolor radical que va muchísimo más allá que unas palabras hueras o unos gestos exentos de rigor y de obligada humanidad.

Durante los gobiernos del PP fueron excarcelados 311 etarras de los cuales 55 tenían penas superiores a 30 años. Uno de ellos, Iñaki Bilbao Goikotxea, salió en el año 2000 y en el 2002 mató al edil socialista de Orio Juan Lriede Pérez. Todo esto conviene recordarlo porque, cuando unos dirigentes políticos que en su día perdieron toda autoridad moral, intentando engañar a un país ocultando la obstinada realidad que más tarde se nos ha ido mostrando palmariamente clara, hoy se erigen en constitucionalistas de honor y salvapatrias nacionales, es que el cinismo más envilecedor amenaza con degenerarlo todo, hurtándole a la inteligencia de cada ciudadano la obligatoria acción de respeto; lo cual, nadie debe estar en disposición de consentir.

Sin embargo, el próximo 25 de febrero, la Asociación de Víctimas del Terrorismo convoca su tercera manifestación al gobierno socialista y las filas del PP que llamaban pancartista a Zapatero, movilizan a sus bases para secundar la protesta en un ejercicio hercúleo de, como muy bien dice Rafael Estrella: "mantener en tensión y cohesionado su puñado de votos". Ahora; eso sí... semejante estrategia no puede tacharse de populista y, por el contrario, la situación actual de Iberoamérica, con el surgimiento de Gobiernos de izquierda, como dice Aznar, sí, y además es preocupante.

Desde luego, esta extrema derecha que todos padecemos, utiliza un sarcasmo inaudito que colma la paciencia.