Ahora resulta que, gracias al PP, hemos descubierto la democracia, las libertades públicas y la Constitución; entre otras cosas. Gracias al PP, por tanto, somos ciudadanos de pleno derecho y gozamos de un proyecto y calidad de vida nunca acometido por otra fuerza política en éste país.
No se puede mencionar la desvergüenza con la que actuaron los del Partido Popular en el Yak-42, donde fallecieron sesenta y dos militares españoles; que se dice pronto, como tampoco, al parecer, el desgraciado y evitable accidente del Prestige, la mala puesta en escena de los atentados del 11-M, así como un largo etcétera en su nefasta etapa de gobierno. No se puede mencionar, según parece, porque todo aquello tiene fecha de caducidad y lo que nos debe preocupar, en estos momentos, es la actual situación política, como si aquellos polvos que trajeron peores lodos tuvieran que inscribirse, ahora, en el limbo de una realidad que nos vino por ensoñación.
Pues va a ser que no... Se debe mencionar que, la actual crispación que diariamente proyecta el PP con el fin de desgastar al Gobierno, no tiene como miras una leal oposición con sentido de Estado porque, si así fuera, habría de existir un razonable consenso en materías como la educación o el terrorismo; las cuales, tienen que beneficiar al conjunto de los ciudadanos y no sólo a intereses partidistas. No se puede instaurar la mentira y la desvergüenza como herramientas oficiales de trabajo, porque de esta manera se corre el riesgo de que, secundando el ejemplo, proliferen empresarios sin escrúpulos y ciudadanos abonados al nihilismo donde cualquier comportamiento es válido.
Leo, mientras finalizo estas líneas, una de las últimas declaraciones del Sñr. Aznar, quien en su momento nos indujo a participar en una guerra inmoral e injusta, en contra de la opinión mayoritaria de todos los ciudadanos. Según sus profundas reflexiones -¿metafísicas?- "cuando gobierna el PSOE, se recorta en nuestro país la libertad de opinión" mientras miraba de reojo a Pedro J Ramírez y a Federico Jiménez Losantos, me imagino, que acordándose también de Urdazi, en un acto celebrado en el Palacio de Congresos.
Pues, nuevamente va a ser que no... Que yo sepa, sigue habiendo libertad de opinión y, como tal, la capacidad de transformarla en expresión oral o escrita a través de los distintos medios de comunicación; ya sean estos la COPE, ABC, El Mundo, El País y tantos y tantos espacios que existen en la red. Otra cosa es que nos pongamos a reflexionar sobre una frase orteguiana que decía: "Todo el mundo, en arte, tiene derecho a expresar lo que siente; siempre, claro, que se comprometa a sentir lo que debe" y la trasladásemos al ámbito de la libertad de opinión o de expresión. De cualquier forma, las declaraciones de nuestro ex-presidente, valen para un titular, pero no reflejan la realidad que, obviamente, nos la ofrece sesgada, debido precisamente a esa libertad de opinión que a él le parece inexistente. Paradojas de la vida.