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lunes, abril 17, 2006

Días de asueto


Emocionado, como otros años, al ver desfilar las innumerables procesiones de fieles que en estos días han poblado las múltiples carreteras españolas, al final tomé la decisión de quedarme en casa entregado a la tranquilidad y el silencio de unos días de asueto merecidos, dejando a un lado el anacrónico flagelo y la escenificada lágrima; más por higiene mental que por pereza.
Durante este tiempo, atravesado por una primavera frutal que principia como aluvión en las galerías del cerebro, he tenido la suerte de recibir dos libros de Rosa Regàs: "Sangre de mi sangre" y "Viento armado", con los que me he construido unos instantes de sosiego por donde paseaba su prosa, literaria y ética. He de agradecer, por cierto, que me los haya dedicado, ya que yo soy un empedernido de los gestos, y unas breves palabras manuscritas a pie de título son una minúscula porción del propio autor que nos deja tatuadas, y nos llevamos para siempre.
Semana, por tanto, no sé si santa o pecadora, pero perdido entre éste abril inmenso, confundido entre la república radical de las letras, sin atisbar por unos días a vanidosos que se miran el horondo ombligo o terroristas del lenguaje que mercadean con las palabras al ritmo que imponen los chacales de turno.
Gracias Rosa, desde este modesto rincón donde vamos tejiendo la propia biografía y felicidades por tu creatividad y tu emoción interminable...

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Yo también veo demasiada peregrinación a las playas en Semana Santa, prueba de la amplia cristiandad que tiene nuestro país. Si que emociona, la verdad.

4:36 p. m.  

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