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viernes, mayo 12, 2006

De los modos Pujalte


Antes que el señorito Pujalte viajara hasta el Congreso, a buen seguro que un puñado de ciudadanas y ciudadanos anónimos cumplieron con extrema pulcritud el papel que cada uno tiene encomendado en su particular labor, cuyo fin consiste en que éste ilustre intelectual pueda desarrollar su papel de la mejor forma posible. El trabajo entre bambalinas consiste en servirle un café, pasando por redactarle pormenorizadamente un último informe, hasta llegar a la extrema importancia de tenerle bien sincronizada la agenda, que es una parte vital para el compromiso en sociedad. Pero una vez dentro del hemiciclo, cuando es la hora de demostrar la confianza que muchos votantes han puesto en su persona, el tono chabacano y agropecuario; soez e insufriblemente anacrónico, es única y enteramente de su dudosa responsabilidad. La maquinaria establecida había funcionado perfectamente pero, llegados a la cúspide de la piramide, o la alta jerarquía donde se han aposentado algunos neocañís peligrosísimos, todo estrumpe en alharacas de vanidad y miseria. Vamos que al distinguido susodicho, sólo le faltó entonar el ya famosísimo himno veraniego: "Opá yo viazé un corrá" No me extraña que a Rafa Estrella, precursor de una iniciativa eminentemente progresista, como es la labor conjunta de multiplicar la Wikipedia en español -WikiesX2-; por simple educación, se haya quedado momentáneamente sin palabras.

2 Comments:

Blogger Euphorbia said...

Vergonzoso el espectáculo de este señor, claramente ejemplo de la prepotencia con que van algunos por la vida. Y encima los suyos aplaudiéndole como un héroe.
De pena.

Un saludo,
Gemma

6:58 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pujalte es, simplemente, un sinvergüenza, por muy temprano que se levante. Sus formas son soecez y anacrónicas. ¿POr qué sigue de parlamentario?... Pues vaya usted a saaber. Este país nuestro se las gasta así.

10:38 a. m.  

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